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Texto Publicado el 15 de noviembre de 2024

Los mapas en blanco siempre tienen algo de poderoso

Es probable que si hablamos de «mapas en blanco» la mayoría de las personas piensen inmediatamente en los mapas escolares o pedagógicos que deben ser rellenados por alumnos y alumnas para examinar su conocimiento geográfico. O tal vez incluso piensen que nos referimos a esos mapas para colear como ejercicio de relajación o simple entretenimiento (tipo mandalas geográficas).

Pero no, no nos estamos refiriendo a esos tipos de mapas en blanco. También parece necesario aclarar que si bien tampoco nos estamos refiriendo especificamente a los espacios en blanco o blancos en los mapas, sí hay algo de eso en los mapas en blanco. De hecho, los espacios vacíos del mapa, los espacios en blanco y sin cartografiado, vienen a simbolizar los silencios en los datos o las omisiones conscientes y voluntarias de determinada geoinformación. Sobre los silencios cartográficos ya recomendábamos hace más de una década la lectura de los textos de J.B. Harley.

El descartografiado étnico del PNUD Panamá (Geoactivismo, marzo de 2013)

Y ya que mencionamos los harleyanos silencios cartográficos tampoco está de más recomendar estos dos recientes libros de la esfera geofrancófona dedicados a ese mismo sujeto, le blanc des cartes.

A la izquierda el atlas de Genevois, Noucher y Laborde (2024) y a la derecha el libro de Noucher (2023)

Es importante distinguir los silencios cartográficos debidos a la falta de información y datos, o también a la omisión voluntaria de quien no quiere cartografiarlos o incorporarlos al mapa, de quien a propósito quiere realzar con ese mapa en blanco la ausencia de datos, de cartografiado o expresar un hecho relevante en base a ese vacío. Es una cuestión de intencionalidad…

Sin duda la anterior afirmación será más clara (o menos confusa) después de ver un par de ejemplos, aunque primero vale la pena acercarse a un famoso mapa en blanco solo para conocer a qué puede parecerse un mapa en blanco. Por cierto, el conocido mapa ha sido utilizado como portada del libro de Matthieu Noucher que aparece en la imagen superior (libro de la derecha).

Efectivamente se trata del mapa que ilustra el segundo espasmo del poema La caza del snark de Lewis Carroll. Un mapa bien especial…

Había comprado un gran mapa del mar,
sin un solo vestigio de tierra.
Y toda la tripulación estaba encantada,
al ver que era un mapa comprensible para ellos.

«¿Qué utilidad tienen el Ecuador, el Polo Norte y las zonas de Mercator,
los Trópicos y las líneas de los Meridianos?»
Así decía el capitán. Y la tripulación contestaba:
«¡Son solamente signos convencionales!»

«Otros mapas tienen formas, con las islas y los cabos,
pero nosotros debemos agradecer a nuestro valiente capitán
(así hablaba la tripulación) que nos haya comprado el mejor…
¡un perfecto y absoluto mapa blanco!»

(Carroll, L. 1876)

[fragmento del segundo espasmo según una de sus numerosas y variadas traducciones]

La cartopoética de este mapa «perfecto y absolutamente en blanco» es indudablemente poderosa y evocadora. Pero para entender el giro geoactivista de un mapa en blanco nada mejor que echarle un vistazo a este mapa del makemaper filipino David García.

Mapa de David García

El anterior mapa en blanco denuncia muy obviamente los efectos devastadores que tendrá para cualquier isla del Pacífico la subida del nivel del mar causada por el calentamiento de las masas de hielo polares. Poderoso, ¿cierto? El vacío del mapa llama poderosamente la atención y el título del mapa contextualiza, da significado y hace comprensible lo que quiere denunciar este mapa. Se trata simplemente de un mapa de una isla del Pacífico en tiempos de cambio climático… cuya cartografía y cuya existencia ha sido borrada del mapa por la oceánica subida de las aguas. En los créditos del mapa puede verse incluso el SRTM y el Shaded Relief «utilizado» y se indican también como «utilizadas» una capa insular de OSM y, esto sí, el color de la hipsometría de Natural Earth… ¡ja, ja, ja, está genial!

En Geoactivismo ya utilizamos un mapa en blanco en mayo de 2010 para ilustrar los Territorios indígenas beneficiados por la explotación de hidrocarburos en Colombia, desde 1905 hasta 2010. Dentro de la serie de mapas del Atlas Tierra Profanada, y específicamente dentro de la serie dedicada a la extracción y transporte de hidrocarburos en Territorios indígenas, el mapa representaba cartográficamente todos aquellos Resguardos Indígenas (territorios colectivos titulados por el Estado) que se habían beneficiado de la fiebre extractivista de 105 años de explotación petrolera… que efectivamente son NINGUNO. Por eso el mapa está vacío de Resguardos y por eso se utiliza un mapa en blanco, porque se quiere llamar la atención precisamente de eso, de la falta de poblaciones indígenas beneficiadas por una exploración, extracción y transporte de hidrocarburos que sí les ha perjudicado enormemente, incluso provocando, como por ejemplo en el caso de los Yariguíes, su completa desaparición física, social y cultural como pueblos originarios. [El viejito mapa de 2010 amerita obviamente de una actualización, así que de momento lo dejamos en tamaño reducido. Si bien el concepto sigue siendo bueno, válido, útil y poderoso, no hay duda de que el mapa necesita de un pequeño gran repaso estético, je, je, je…]

Esa ausencia es precisamente la fuerza del mapa. Es más que probable que cualquier persona que mire un mapa temático esperará encontrar cartografiado el sujeto u objeto de la temática mapeada. Su inexistencia o una presencia «totalmente en blanco» sobre el mapa tiene algo de inusual o extraordinario que llama poderosamente la atención. Esa anormalidad inquietante cuestiona directamente a la persona que observa el mapa, avisándole de que ¡atención, aquí está pasando algo extraño, sorprendente o inhabitual!

Si no te convence el argumento, observa este cartografiado de las víctimas de desaparición forzada que hay registradas en el Registro Nacional de Desaparecidos (RND), registro «oficial y único» de personas desaparecidas de Colombia…

Si has llegado hasta aquí y te estás preguntando por dónde estará el truco o trampa del mapa anterior es bueno que sepas que no hay ni lo uno ni lo otro. El mapa refleja rigurosamente los datos del RND.

Cierto, es comprensible que se piense que, en un país dónde la reciente Comisión de la Verdad (que surge tras el acuerdo de paz entre el Estado y la guerrilla de las FARC-EP) estima que las víctimas de desaparición forzada en relación con el conflicto armado ascendierona a 214.418 personas, debe haber algún tipo de manipulación cartográfica… porque NO PUEDE SER posible que no haya NINGUNA víctima registrada en el registro legal y oficial.

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