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Actualizado 24/08/2024 | Texto Publicado el 11 de marzo de 2022

Mapas de luciérnagas · Firefly maps

Que los mapas de luciérnagas o firefly maps pueden ser espectaculares está fuera de duda. Tampoco hay ninguna duda de que la frontera o límite entre un mapa espectacular y un árbol navideño es muy fina. Este estilo cartográfico debe utilizarse con moderación o, por lo menos, no puede utilzarse para hacer cualquier mapa.

Podemos preguntarnos también si vestir un mapa con apariencia firefly no es finalmente una cuestión puramente estética o si puede ser un aporte comunicativo relevante. Aunque antes de abordar esta cuestión tal vez sea conveniente introducir brevemente qué es eso de firefly maps.

Estilo Firefly

John Nelson (@John_M_Nelson) viene desarrollando este estilo desde 2012, si bien lo bautizó así para la conferencia de la NCIS de finales de 2016, donde hizo una presentación sobre el mismo. En 2018 ya lo había convertido en uno de los estilos disponibles para ArcGis Pro. Para conocer más sobre este estilo basta con acercarse al sitio web de Esri, donde le tienen dedicado tanto un Story Map como una entrada de blog.  Por si fuera poco, en el canal Youtube de Nelson también pueden encontrarse consejos y explicaciones sobre cómo aplicar este estilo a puntos, a polígonos y líneas, en 3D… ¡los límites los marca la imaginación!

Imágenes capturadas de los sitios antes referenciados de John Nelson o Esri.

Espectacular, pero… ¿entonces se trata de un estilo cartográfico que solo puedes aplicar si tienes el software de Esri?

No necesariamente. Pueden aplicarse los mismos principios estilísticos para generar mapas desde QGIS, ya sea aplicando directamente el estilo (Firefly v1.0 ya disponible), generando mapas con simbología neón o creando un efecto firefly, cosa que puedes ver explicada paso a paso desde Youtube. Incluso, Dominic Royé (@dr_xeo) te explica cómo puede hacerse una cartografía firefly con R. Es claro que las posibilidades no quedan constreñidas por el uso de ningún software concreto

Simbología neón en QGIS. Gif de Gis&Beers (@GIS_and_Beers).

Mapa de D. Royé (@dr_xeo) elaborado con R.

Los limitantes más bien aparecen por otro lado, por el de la comunicación visual del mapa. Básicamente en si le encuentras sentido o no a aplicar este estilo a tu mapa. Porque si lo encuentras conseguirás como mínimo, tal y como afirma J. Nelson, que las personas que vean tu mapa «se den cuenta de lo mucho que le gustan los mapas».

Son mapas muy llamativos que van a captar fácilmente la atención. El secreto, según Nelson, está en el gradiente radial de los brillos. «El efecto de resplandor, a la vez que proporciona una estética distintiva, y quizás hackea algunos cables cognitivos primitivos, es un ejemplo adecuado de la Primera Ley de Geografía de Waldo Tobler: «todo está relacionado con todo lo demás, pero las cosas cercanas están más relacionadas que las lejanas». O, el efecto que una cosa tiene sobre su entorno se disipa con la distancia. Es el concepto fundamental de la geografía cuantitativa, y resulta ser una racionalización conveniente para la simbología brillante» (Nelson, 2016).

Definitivamente este estilo puede aportar un plus a la hora de conseguir determinadas simbólicas.

Mapeando lugares

Tal y como señalamos en Poniendo lugares en el mapa, la función de algunos mapas se limita a la localización de determinados lugares.

En esos casos el objetivo es tan simple como el de permitir que esos lugares puedan ser identificados sobre el mapa. Pero no siempre resulta tan simple de conseguir que de un inventario de lugares surja una composición de mapa visualmente atractiva o comunicativamente interesante.

Ese era un poco el problema de dos de los mapas de la Cartografía de la desaparición forzada en Colombia. En ese cartografiado había dos mapas de ubicación de lugares: uno de lugares de memoria y verdad (Mapa 35)  y otro de lugares objeto de medidas cautelares de la JEP (Mapa 36).

En el primer mapa, la representación de los lugares que conformaban la Red colombiana de lugares de memoria podía quedar fácilmente resuelta con la elaboración de un mapa con 30 puntos. En el segundo, más fácil aún, con un mapa de apenas 13 puntos.

El problema de este tipo de composiciones cartográficas suele residir en que hacer mapas a escala nacional (de un país extenso como Colombia) con tan pocos puntos (que además están concentrados en la mitad occidental del país en el primero y en el sector noroccidental en el segundo), dificulta la elaboración de una composición visualmente atractiva. Tampoco es fácil darle una fuerza narrativa potente.

Los mapas que siguen ↓ intentaron ofrecer algunas soluciones…

¿Qué es lo único qué puede hacerse al observar el mapa ubicado a la izquierda? ↑ Efectivamente, leer las etiquetas… no puede hacerse otra cosa en ese mapa. Pero ese es precisamente su objetivo, la narrativa del mapa es esa. ¿Qué no sabías que existen una treintena de lugares de memoria en un escenario tan convulso como el colombiano? ¡Pues toma, conoce sus nombres! Quien mire el mapa seguro que lee el nombre de alguno de los lugares. ¡Objetivo cumplido!

Así, en vez de llenar el mapa de colores, relieve o de elementos geográficos como departamentos, ríos y ciudades con todos sus topónimos (para así no dejar tan desangelado un mapa con apenas 30 puntos situados en la mitad occidental) se hizo todo lo contrario. No hay absolutamente ninguna referencia ni elemento geográfico en el mapa. Solo la silueta del país en un fondo oscuro sobre el que se ubican los lugares y sus nombres bien legibles. De hecho, el tamaño de las etiquetas no solo ayuda a su lectura sino que también llenan el mapa. ¡Sencillo pero eficaz!

En cambio, para el segundo mapa, ubicado a la derecha ↑, ni se quería repetir la misma composición ni finalmente se acabó de encontrar la tecla adecuada… así que se buscó una solución de compromiso práctica: se hizo un zoom a la zona donde se ubicaban los lugares, se resaltaron los municipios, se añadió algo de iconografía y se jugó un poco con los colores.

Pero en una cartografía en la que la que tanto se pensaron los modos de representación de las víctimas (especialmente los qué, los cómo y los por qué) quedó pendiente encontrar un modo satisfactorio de representar los lugares.

... insatisfactorio al menos para la persona que hizo esos mapas (o sea, para mí)

Luciérnagas y lugares

Los lugares con medidas cautelares de protección tienen una simbólica carga de significación en los procesos de búsqueda de las personas desaparecidas forzadas. ¿Acaso vamos a representarlos con unos simples puntos?

¿Y qué tal si a esa simbólica de lo urgente le aplicamos un estilo firefly?

El anterior mapa se elaboró casi un año después de publicada la cartografía. En ese tiempo me pidieron un par de mapas sobre los lugares objeto de medidas cautelares, uno nacional ↑ y otro de Antioquia ↓.

Aparte de localizar todos los cementerios, fincas, simas, edificios, etc., donde están esos cuerpos (localización zonal de los lugares, no de donde están los cuerpos en esos lugares) se buscó una simbología que pudiera atrapar de cierta forma esa urgencia y tensión que surge de la necesidad de preservar los lugares.

Encuentro que las luciérnagas rojas funcionaron francamente bien.

Plenamente convencido del resultado obtenido, se adoptó el firefly rojo como simbología de los lugares con medidas cautelares solicitadas ante, u otorgadas por, la justicia transicional. Así, se ha aplicado incluso a mapas donde el color de fondo o la poca cantidad de puntos no lo aconseja particularmente. El resultado no es malo ↓ y se le da cierta uniformidad a la serie.

El estilo da mucho juego y hay una amplia gama de colores y formas que utilizar.

Veremos…

Fidel

 

Nota de 2024: en el periodo posterior a la publicación de este texto (o sea, el «veremos») he continuado utilizando el estilo firefly en la elaboración de distintos mapas. En la galería que sigue a continuación se adjuntan algunos de ellos en los que pueden apreciarse algunas de las posibilidades de utilización de este singular y espectacular estilo.