Tras interpretar algunos de los conceptos relacionados con el título del mapa, como el del origen de los datos, ya podemos tener una idea más precisa de qué se ha querido mapear, ahora conviene que nos fijemos en cómo se ha hecho.
Un detalle significativo es la escala escogida, que en nuestro caso permite representar toda Colombia. Y si queremos representar entero un país de este tamaño vamos a perder mucho detalle, especialmente cuando tratemos elementos geográficos pequeños o muy pequeños, como es el caso de muchos Resguardos (en el mapa hay cartografiados 102 Resguardos con un área menor a las 200 ha).
En los mapas dedicados a Resguardos y cultivos de coca esta pérdida de detalle no nos importa demasiado ya que lo que pretendemos es ofrecer una imagen de conjunto, que nos permitirá de un sólo vistazo tener una idea global de la dimensión del megaproyecto o problemática y su afectación sobre los territorios indígenas….y poco más.
Si bien pueda parecer limitado, un mapa a esta escala ya nos puede ofrecer algunas informaciones interesantes. Veamos algunas.
Para potenciar esta visión general de la extensión del cultivo, dentro de las titulaciones indígenas, hemos tratado de diferenciar los Resguardos donde hay coca de aquellos donde no la hay, según el monitoreo de la UNODC. Así, a la categoría Sin cultivos monitoreados le hemos asignado un color totalmente diferente a la gradación cromática del resto de las categorías, para así romper completamente con la escala de color utilizada para cuantificar el área donde sí hay cultivos. Los Resguardos que no tienen coca plantada se diferencian claramente de los que tienen más de 1 hectárea cultivada (o de los que no llegan a esa cifra, en los informes de UNODC no aparecen Resguardos con menos de 1 ha).
Hemos representado con la gama de verdes todos los Resguardos que tienen cultivos de hoja de coca mayores de 1 hectárea (según UNODC) y las hemos categorizado cuantitativamente siguiendo los parámetros que se utilizan usualmente en Colombia para medir la concentración de la tierra en las explotaciones agrarias. Si bien un Resguardo y una finca agraria no permiten demasiadas comparaciones, por ser de naturaleza muy diferente, hemos empleado esta categorización para poder dimensionar de alguna manera el tamaño del cultivo en cada Resguardo.
Aunque sea un tanto artificial comparar un Resguardo con una finca agrícola y aunque el tamaño medio de un lote cocalero en 2009 es de 1,2 ha por núcleo de explotación (UNODC, 2010), hemos querido sobre todo diferenciar lo que pueden ser considerados como grandes cultivos (más de 200 ha) de los pequeños y muy pequeños (entre 5-20 ha y menos de 5 ha), en unas unidades tan heterogéneas territorialmente como son los Resguardos.
De los Resguardos en los que UNODC ha localizado cultivos de coca, son sólo una minoría aquellos que podríamos incluir en la categoría de cultivos de coca de tamaño grande, pero en cambio en el mapa son los que destacan especialmente porque son Resguardos muy grandes y están coloreados con la escala de color más intensa. Este efecto de visibilidad puede distorsionar la imagen global de la extensión del cultivo que trasmite el mapa ya que puede parecer que el área de Resguardo indígena afectada por la coca es mucho mayor de lo que es en realidad.
Una pequeña recopilación de las cifras generales nos ayudará a matizar y completar la información incluida en la leyenda.
Si bien cada año son más los Resguardos afectados por este cultivo destinado a la industria de los estupefacientes, podemos observar que éstos tienen una menor área de coca cultivada y, sobretodo, un porcentaje menor del área cultivada respecto al área del Resguardo afectado. Hay que considerar que no suponen la misma afectación las 701 ha monitoreadas por UNODC en el Resguardo Predio Putumayo (la mayor titulación indígena en Colombia con 5.819.505 ha) en 2008, que equivalen al 0,01% del Resguardo, que las 14 ha que afectaban ese mismo año el 7,45% del Resguardo El Triunfo (un Resguardo de 188 ha). No sólo es importante conocer la cifra absoluta del área cultivada sino también el porcentaje del área de cada Resguardo afectado.
En el mapa, por razón de espacio y legibilidad sólo se han incluido algunos de los máximos de la tabla anterior. Con esto podemos localizar dónde se dan el máximo de área cultivada con coca en un Resguardo y el máximo relativo del área cultivada respecto al área total del Resguardo.
Con todo lo visto, creemos que el conjunto del mapa permite hacerse a una idea global de la afectación cuantitativa del cultivo de coca en los Resguardos. Para profundizar en el análisis de la afectación se podrían incluir los polígonos que ubican las áreas cultivadas (indicador de la concentración de los cultivos en cada Resguardo) y otros aspectos cualitativos de esa afectación (presencia de grupos armados, invasión de colonos, uso de químicos, fumigaciones y erradicaciones,…). Intentaremos cubrir estos, o algunos de estos elementos, en posteriores versiones o nuevos mapas del Atlas.
Fidel